Aunque en Frucomedia la que más utilizamos es WordPress, hemos trabajado/trabajamos con todas las anteriores, así que según las necesidades del proyecto, podemos elegir una u otra sin problema.
4. Plugin y módulos: parecidos, pero no lo mismo. Como Jesús Calleja y Owen Wilson.
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plugin: es una función que añadimos para extender las funcionalidades de una aplicación web existente. Podemos instalar varios a la vez
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módulo: es un conjunto de estructuras de datos y de subprogramas, gracias a los cuales, podemos dividir el código en partes más pequeñas y manejables, lo que facilita su mantenimiento y mejora la escalabilidad
En cualquier caso, ambos sirven para que los usuarios interactúen más con la web extendiendo las funcionalidades de la misma.
5. Mapa del sitio: crucial, sobretodo para crear la jerarquía de la web y estructurar el contenido de forma óptima y “user friendly”. Si no, navegar por las webs sería como jugar a la caza del tesoro, y no queremos hacernos los difíciles con el cliente, ¿verdad? Nos muestra la estructura de las partes y su interconexión para que podamos navegar por la página con facilidad.
6. SEO y SEM: Hermanos, pero no gemelos. Ambas estrategias sirven para aumentar el tráfico web gracias a la visibilidad que aportan a tu web. El primero no tiene costes más allá de la mano de obra para el trabajo orgánico. El segundo sí, pero hila más fino para llegar a los clientes más potenciales, aunque barato no es. No está de más darles un repasito leyendo este y este post.
7. Backup: lo que viene a ser la copia de seguridad. Si algo fallase, tendríamos guardado todo el material y nos ahorraríamos repetir todo el trabajazo de poner la web en pie de nuevo.
8. Diseño responsive: es una filosofía de diseño y desarrollo cuyo objetivo es adaptar la apariencia de las páginas web al dispositivo que se esté utilizando para visualizarlas. O sea, que tu página funcione igual de bien en un ordenador, una tableta, un móvil o el aspirador. Si quieres saber más, en el post, ¿qué es el diseño responsive? lo cuento bien clarito.
9. El contenido: todo cuenta. De poco sirve una web superchula y atractiva visualmente si el texto no nos aporta nada o está redactado de manera pobre e incomprensible. Un buen contenido llevará a la acción a nuestro usuario: a que compre un producto, a que contrate un servicio o a que se suscriba a nuestro boletín. Aquí te cuento más sobre la importancia del texto en tu web.
10. Los testimonios o reseñas: el boca a boca de internet. Si dedicas un espacio a las valoraciones sobre tu trabajo, los usuarios se llevarán una impresión más humana de tu producto y tus servicios. Como ya hemos comentado en alguna ocasión, lo más importante… que sean concretos y reales.

11. Landing pages o páginas de aterrizaje: el helipuerto para que los usuarios de la web aterricen en territorio de cliente mientras sobrevuelan por la red. Con esta metáfora tan voladora, a lo que me refiero es que es muy importante tener un espacio en nuestra web para que lleguen directamente a la información que están buscando y al contenido que les interesa y así captarlos con más facilidad.
12. Cookies: las famosas galletitas que llenan internet. ¿Pero qué son exactamente? Vienen a ser un fichero con datos que la página web manda a tu dispositivo cuando la visitas. Según las leyes de protección de datos, es obligatorio avisar y consultar cuáles quieres al acceder. No solo sirven para recordar datos de acceso, sino también para memorizar hábitos de navegación. Por ejemplo, esto significa que si tú dejas el carrito de la compra lleno en una web y te vas, cuando vuelvas seguirá lleno. También que los anuncios que haya en la web atinarán más con el usuario (SEM), lo cual no está de más.
13. Usabilidad: la facilidad de uso que tiene nuestra web para el usuario. Cuanto más cómoda de navegar, más posibilidades de que nuestro comprador invierta tiempo y dinero en ella. ¿O acaso no te estresas comprando en línea billetes de Renfe? Debe ser eficiente, eficaz y satisfactoria de usar. Si el cliente tiene que tirarse ocho años para realizar una compra y luego no encuentra cómo pagar, muy probablemente pase del tema y no vuelva a nuestra web.
14. Caché: se parece a las cookies, pero no son lo mismo. Es cierta información que recuerda la web para que la próxima vez que entres tarde menos en cargar. Por ejemplo, Instagram nos guardará las historias más recientes para que al abrir la aplicación, ¡plup!, ahí estén ya. Esta disminución del tiempo de carga está relacionada con la usabilidad y el rendimiento. Leí un día a un gurú de posicionamiento que en una web, el contenido es el Rey, pero la velocidad es DIOS…